martes, 29 de marzo de 2011
TALLER DE ALIMENTACIÓN
Para finalizar el tema de alimentación y nutrición hemos realizado un taller de cocina intentando aplicar toda la teoría estudiada. Elaboramos 14 recetas fáciles y saludables, disfrutamos con los preparativos, las saboreamos y lo más importante...aprendimos muchas cosas para poder trabajar los buenos hábitos alimenticios con los más pequeños.
martes, 22 de marzo de 2011
APS: ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN
TEMA 30: ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y DIETÉTICA. NECESIDADES SEGÚN LA EDAD (CERO A SEIS AÑOS). ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA Y PLANIFICACIÓN DE MENÚS. ERRORES ALIMENTICIOS EN LA INFANCIA. TRASTORNOS INFANTILES EN LA ALIMENTACIÓN, SU ABORDAJE. LAS HORAS DE COMER: MOMENTOS EDUCATIVOS. CRITERIOS DE ORGANIZACIÓN DEL COMEDOR INFANTIL.
0. INTRODUCCIÓN.
1. ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y DIETÉTICA.
Cuando hablamos de alimentarnos, no estamos hablando de nutrirnos, aunque son acciones íntimamente relacionadas. Mediante la alimentación ingerimos y aportamos a nuestro organismo alimentos, y es entonces cuando se pone en marcha el proceso de la nutrición, proceso por el cual nuestro cuerpo absorbe de los alimentos las sustancias que necesita para desarrollarse, es decir, absorbe los nutrientes que nos van a ayudar a formarnos, a crecer, a regular nuestro metabolismo y que además nos reducen el riesgo de enfermedades, garantizando una vida saludable y de calidad.
Por tanto, podemos decir que la alimentación es un proceso externo por lo que podemos educarlo, mientras que la nutrición es un proceso interno y orgánico.
Hemos de conseguir un equilibrio entre ambos procesos, y para ello nos basamos en la dietética, que es la ciencia que se encarga de indicarnos los alimentos necesarios para cada persona o grupo, que según sus características, necesita para su correcta nutrición.
Anteriormente se dijo que la forma de alimentarnos es un proceso externo y por tanto, educable. Partiendo de esta premisa, a lo largo del siguiente epígrafe vamos a interesarnos y a conocer los nutrientes indispensables, y las cantidades adecuadas para cubrir las necesidades y evitar carencias nutritivas que puedan afectar al desarrollo infantil.
1.1.- LOS NUTRIENTES: TIPOS Y FUNCIONES:
Comenzaremos por describir qué son los nutrientes, qué tipo de nutrientes podemos encontrar en los alimentos y qué nos aportan o qué función tiene cada uno desde el punto de vista nutricional.
Los nutrientes son sustancias necesarias para nuestro organismo, que éste es capaz de formar o sintetizar por sí solo, y por tanto tenemos que tomarlos ingiriendo alimentos de forma equilibrada.
Por la dietética, sabemos que existen nutrientes que hemos de consumir con más frecuencia y en mayor proporción que otros, éstos son los Macronutrientes, entre los que se encuentran las proteínas, los hidratos de carbono (también llamados glúcidos) y las grasas o lípidos.
Por otra parte, existen nutrientes, no menos importantes, pero que hemos de aportar en menor cantidad. Éstos son los micronutrientes, como son las vitaminas.
Y por último, también hemos de considerar otros elementos que no son nutrientes, pero que igualmente resultan indispensables para nuestra salud, éstos son los minerales, el agua y la fibra.
A continuación haremos una breve descripción de cada uno de ellos, especificando qué son, qué función juegan en nuestro organismo y en qué alimentos los podemos encontrar.
A) LOS MACRONUTRIENTES: Proteínas, Hidratos de carbono(Glúcidos) y Grasas (Lípidos)
ü Las proteínas: Son compuestos orgánicos a base de Hidrógeno, Oxigeno, Nitrógeno, Carbono y Azufre. Su función es plástica, es decir forman parte del tejido y resultan fundamentales para el crecimiento. Las proteínas podemos consumirlas a través de alimentos de origen animal como carnes, huevos, pescados y lácteos, y también en alimentos vegetales como las legumbres y los cereales.
ü Los hidratos de carbono o Glúcidos: Nos sirven como aportación de energía para nuestro organismo. Hay hidratos de carbono simples que liberan energía inmediata y los podemos encontrar en la miel, los azucares refinados y en las frutas, e hidratos de carbono compuestos que también nos proporcionan energía, pero ésta se almacena en el organismo y la vamos utilizando a medida que la necesitamos. Estos hidratos podemos consumirlos con arroces, pastas, legumbres, patatas y cereales principalmente.
ü Grasas o lípidos: Son nutrientes que también nos aportan energía, pero constituyen una reserva. Además nos ayudan a transportar las vitaminas liposolubles (solubles en grasa) y los ácidos grasos esenciales. Existen grasas saturadas y grasas insaturadas. Los alimentos que nos aportan estos nutrientes son: carnes, mantequilla, embutidos, aceites vegetales y el pescado azul.
B.- MICRONUTRIENTES: Vitaminas A, B, E, K, C y B.
ü Las vitaminas: Al igual que el resto de los nutrientes, no se sintetizan en el organismo por lo que las aportamos a través de la alimentación. Son compuestos esenciales necesarios para realizar los procesos del metabolismo.
Hay vitaminas que se disuelven en grasa (liposolubles) como son las vitaminas A, D, K, E y las vitaminas disueltas en agua(hidrosolubles)entre las que destacan la vitamina C y el complejo B(B1,B2, B6, B12). Veamos en que alimentos hay mayores proporciones:
- Vitamina A: Zanahoria, hígado, mantequilla.
- Vitamina D: Salmón, sardina, arenques.
- Vitamina E: Huevos, aceite vegetal.
- Vitamina K: Vegetales, carne, cereales, leche.
- Vitamina C: Cítricos, kiwi, vegetales frescos.
- Complejo B: Yema de los huevos, legumbres, carnes.
C.- OTROS COMPONENTES DE LA DIETA: Minerales, el agua y la fibra.
ü Los minerales: Son elementos inorgánicos esenciales para la salud; hemos de consumir
- Calcio, en lácteos,
- Hierro en hígado, carnes y legumbres,
- Yodo en agua, pescados y vegetales,
- Magnesio, fósforo, cloro y potasio.
- Zinc, en carnes, cereales integrales y legumbres.
- Cobalto y flúor.
Todos estos minerales son importantes por formar parte de las estructuras de los huesos y dientes, por participar en los procesos metabólicos en el corazón, los impulsos nerviosos y en las hormonar del tiroides.
No existe ningún alimento que los contenga a todos, por ello tendremos que ingerirlos a través de una combinación en una dieta equilibrada.
ü El agua: Es la sustancia que se encuentra en mayor proporción en nuestro cuerpo (un 75% en niños) y tiene una función plástica de formación de tejidos y además es fundamental para transportar las sustancias nutritivas. Por ello hemos de compensar las posibles pérdidas que puedan provocar deshidrataciones. El agua se encuentra en todos los alimentos, aunque en algunos más que en otros, por ejemplo las frutas y verduras.
ü La fibra: Necesaria para que el intestino absorba el agua y los nutrientes. Se encuentra en los cereales integrales, legumbres, frutos secos, frutas y verduras.
1.2.- LOS GRUPOS DE ALIMENTOS:
Según su función y composición los alimentos se clasifican en varios grupos.
- Grupo de alimentos con función plástica:
Estos alimentos contribuyen a la renovación y formación de las estructuras corporales. Los nutrientes que intervienen son las proteínas, las sales de calcio y algunas sales minerales. Los alimentos que se incluyen en este grupo son la leche y los derivados lácteos, y las carnes, pescados y huevos.
- Grupo de alimentos con función reguladora:
Esta función la realizan las sales minerales y las vitaminas participando en funciones metabólicas, actuando como catalizadores. Entre los alimentos incluidos en este grupo señalamos las frutas y verduras.
- Grupo de alimentos con función energética:
Los hidratos de carbono y las grasas tienen como finalidad proporcionar la energía necesaria para la realización de las actividades metabólicas. En este grupo de alimentos se incluyen las grasas y los azucares.
- Grupo de alimentos mixto.
Los alimentos incluidos en este grupo pueden considerarse energéticos, plásticos y reguladores. Pertenecen a este grupo de alimentos los cereales, las legumbres y los tubérculos.
Para recordar más fácilmente las funciones de los alimentos y su clasificación, suelen emplearse ruedas o pirámides graficas en las que se agrupan por sectores. Para ello, se atiende a cual sea la función predominante que desempeñan según las sustancias nutritivas que contienen.
Podemos agrupar los alimentos en cinco grupos, teniendo en cuenta la estructura universal en cuanto a la relación entre alimentos y nutrientes. Los alimentos situados en el primer grupo serán aquellos que debemos consumir con más frecuencia y cantidad, disminuyendo dicha frecuencia y cantidad a medida que ascendemos de nivel:
- 1º- Pan, cereales, arroz, pasta y leguminosas.
- 2º-Verduras, hortalizas y frutas.
- 3º- Lácteos y derivados.
- 4º- Carne, pescado y huevos.
- 5º- Grasas, aceites y dulces.
Todos estos grupos de alimentos pueden combinarse de muchas formas a través de la dieta, siempre que dicha dieta contenga todos los nutrientes y calorías para cada edad. Es lo que veremos en el siguiente apartado.
2. NECESIDADES SEGÚN LA EDAD (CERO A SEIS AÑOS).
Los niños-as de 1 a 3 años necesitan un aporte calórico de 1400 calorías/ día. Los niños-as de 3 a 6 años necesitan un aporte calórico de 1600 calorías/día. Y estas calorías han de repartirse aproximadamente en:
50%-60%: Hidratos de carbono.
30%-35%: Lípidos o grasas.
10%-15%: Proteínas.
Lo que llevado al día a día nos indica que en una dieta equilibrada se han de consumir diariamente algún alimento de los 3 primeros grupos: Pan, cereales, pastas, arroz, frutas, verduras, hortalizas y lácteos. Algunas veces en semana carne, pescado y huevos y algunas veces al mes grasas, aceites y dulces. Veámoslo de forma detallada:
ü La alimentación del recién nacido.
Debe cubrir las necesidades de mantenimiento además de las que se derivan de su crecimiento. El crecimiento físico supone un incremento en el tamaño que se objetiviza por los cambios de peso y talla, siendo una de las características fisiológicas más importantes de este periodo. Podemos considerar dos etapas en la alimentación del recién nacido:
- Etapa láctea: Comprende hasta los cuatro o seis meses de vida, y el único alimento será la leche, pues el niño-a solo está preparado para succionar y deglutir líquido. La lactancia materna es el método más adecuado desde el punto de vista psicológico y nutricional para satisfacer las necesidades alimenticias y afectivas del recién nacido y del lactante. La leche materna se caracteriza por no provocar alergias, aportar al niño defensas contra las infecciones, ser estéril y muy digerible, evitando errores de preparación. La lactancia se hará dando la toma cada tres o cuatro horas, entre seis y siete tomas hasta quedar reducidas a cinco tomas diarias. Estos indicadores son aproximados ya que hay que equilibrar un horario regular con las demandas alimentarias del niño-a. Cuando se tenga que usar una leche artificial se usara una leche adaptada al recién nacido siendo de gran importancia la concentración que debe tener dicha leche.
- Etapa de transición o de alimentación complementaria: En la etapa de transición se van introduciendo alimentos no lácteos preparados de forma adecuada en textura y calidad. A partir de los seis meses las necesidades nutricionales aumentan y la leche sola se hace insuficiente. Paralelamente progresa la maduración del tubo digestivo y se inicia la dentición. Los criterios para incorporar nuevos alimentos son los siguientes:
§ Se hará de forma gradual y lentamente
§ Cada nuevo alimento se introducirá por separado, en pequeñas cantidades que irán aumentándose paulatinamente
§ El alimento nuevo se acepta mejor si se ofrece triturado o diluido
§ Entre dos alimentos nuevos se dejaran transcurrir de una a dos semanas
§ No aportará mas de los requerimientos energéticos diarios
§ La ingesta diaria de leche materna, de formula adaptada o derivados lácteos, no será inferior a 500ml.
ü La alimentación del niño-a de 1 a 3 años.
Tiene por objeto cubrir los requerimientos energéticos y plásticos que permitan un crecimiento y desarrollo normal, y evitar carencias y desequilibrios entre los distintos nutrientes. Entre el primer y segundo, año la alimentación complementaria se amplia.
Durante el segundo año ya se sirven alimentos más sólidos aunque muy picados. A partir del tercer año, se introduce en la alimentación similar a la del adulto. A partir del primer año se produce una disminución en el apetito del niño-a. Este empieza a mostrar un cierto interés por la comida. También empieza a adquirir cierto dominio motor sobre su cuerpo, mastica mejor, deglute, trata de comer con las manos, y puede haber resistencia a la aceptación de algunos alimentos. En esta etapa es fundamental que la familia y la escuela infantil intenten crear un entorno agradable y gozoso a la hora de las comidas, estimulando las nuevas habilidades y apetitos del niño-a, creando unos hábitos de alimentación adecuados.
ü La alimentación del niño-a de 3 a 6 años.
Las raciones aconsejadas en esta etapa son iguales para niños y niñas, aproximadamente se estiman en 80 calorías por kilogramo de peso. En esta edad la cantidad de comida que se sirve a los niños/as es la mitad de la que servimos a mayores y adultos (orientativo). Se aconseja, además de las comidas principales (desayuno, comida y cena), un yogur o una pieza de fruta a media mañana y una merienda por la tarde.
3. ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA Y PLANIFICACIÓN DE MENÚS.
3.1.- ALIMENTACIÓN SANA Y EQUILIBRADA:
La alimentación sana es el resultado de combinar los alimentos que contengan los nutrientes fundamentales que necesita un individuo con las necesidades nutritivas de cada persona en función de su edad, sexo, actividad y demás características individuales. Ha de tenerse en cuenta su distribución horaria, ya que las desviaciones que pueden originarse en una de las comidas, podrán compensarse en las restantes.
Para considerarse “sana”, la alimentación debe ser.
- Completa: Ha de aportar una cantidad suficiente de los distintos tipos de nutrientes básicos.
- Equilibrada: Debe combinar diferentes nutrientes esenciales en la proporción idónea para prevenir las carencias o excesos de determinado principio alimentario.
- Variada: Debe basarse en el consumo de muy diversos alimentos, cada uno de los cuales proporciona uno u otro tipo de nutriente.
Una alimentación equilibrada es, por tanto, aquella que aporta la energía necesaria o aportación calórica adecuada al organismo, en función de las necesidades energéticas.
3.2.- PLANIFICACIÓN DE MENUS:
Como ya se ha explicado, la dieta ha de contener alimentos de los diferentes grupos, garantizando un equilibrio nutricional, y que además ha de existir un balance entre los alimentos, evitando el excesivo consumo de unos en detrimento de otros.
Otro aspecto a considerar es la moderación de las cantidades que se consuman, para mantener un peso corporal adecuado y evitar la obesidad y el desarrollo de enfermedades.
Por último, como vivimos insertos en una sociedad con determinadas tradiciones culinarias, éstas también han de ser tenidas en cuenta a la hora de elaborar una dieta, con alimentos apetecibles y que estemos acostumbrados a comer.
Afortunadamente vivimos en un país y en una Comunidad autónoma privilegiada en cuanto a variedad, cantidad y calidad de alimentos. Los adultos tenemos la posibilidad y la responsabilidad de educar y crear en los niños-as hábitos saludables de alimentación y de valoración de nuestros productos y nuestra gastronomía.
Dicho esto, vamos a centrarnos, a modo de ejemplo, en el diseño concreto de un menú escolar en el que primará la dieta mediterránea aumentando el consumo de cereales, frutas, verduras, hortalizas y legumbres, incluyendo el pescado y el aceite de oliva y moderando el consumo de carnes y grasas de origen vegetal.
ü El menú infantil:
Teniendo en cuenta la dieta mediterránea con una alimentación tradicional y autóctona, en los primeros platos primarán ingredientes como el pan, el arroz, la pasta, las legumbres y las hortalizas. En los segundos platos estarán los huevos, el pescado y la carne con guarnición de verduras o ensaladas y por último, los postres serán a base de frutas del tiempo y lácteos.
Todos estos alimentos se presentarán a los niños cocinados en diferentes técnicas de preparación (frito, hervido, asado…etc.), cuidando su presentación, texturas (los niños-as deben aprender a masticar bien antes de tragar), y temperatura, haciéndolos atractivos a la vista.
También, a través de la alimentación daremos a conocer las tradiciones que se relacionan con ciertas festividades (mantecados…)
Por último es importante resaltar que la familia ha de conocer el menú escolar para así poder complementar con la alimentación en casa.
Un menú tipo para escolares a combinar entre los distintos días semanales podría ser el siguiente:
- Desayuno: leche/yogur con pan, cereales o galletas. Mantequilla, mermelada o fruta
- Comida: Primer plato: legumbres con verduras / puré de verduras /arroz / pastas o sopa.
Segundo plato: Carne /pescado o huevo con ensalada de verdura. Pan y Postre (fruta o yogur)
- Merienda: fruta /lácteo /pan (tostada)
- Cena: Puré de verduras o sopa/ huevo o pescado con ensalada de verduras. Pan. Postre (fruta o lácteo).
Como docentes, nuestra labor en este sentido, se centra en el horario escolar. Un “menú” para la conocida merienda (a media mañana, antes del recreo) es el siguiente:
- Lunes: Bocadillo.
- Martes: Batido y galletas.
- Miércoles: Fruta.
- Jueves: Yogurt y cereales.
- Viernes: Zumo y frutos secos.
Es una forma de evitar el consumo de bollería industrial, chucherías…, con que muchos niños “meriendan” a diario.
4. ERRORES ALIMENTICIOS EN LA INFANCIA.
Diferentes componentes de tipo cultural que se han incorporado a las costumbres y desarrollo de hábitos alimentarios, están colaborando a que se abandone la dieta mediterránea. Ésta está siendo sustituida por una alimentación caracterizada por manifestar serios déficits en la aportación de determinados nutrientes y el exceso de otros.
Algunos de los errores alimenticios más frecuentes son:
ü Malnutrición: Supone el exceso o déficit de cantidad de alimentos, o el uso desequilibrado de alguno de ellos. La manifestación más característica por exceso es la obesidad(países desarrollados) , y por defecto, la desnutrición(países subdesarrollados)
La sobrealimentación es uno de los errores característicos de los países desarrollados. A menudo, las madres gustan de tener hijos “rellenitos” pensando que ello es síntoma de buena salud. Por el contrario, es durante la infancia cuando se instauran las conductas tendentes a la sobrealimentación que son el origen de muchos de los casos de obesidad en la vida adulta. Debemos pensar que el sobrepeso no es sinónimo de salud. En realidad, los bebes obesos acostumbran a ser niños obesos que desembocan en adultos obesos. Especialmente en aquellos casos en los que la tasa de aumento de peso es alta. Un rápido aumento de peso y de la masa de grasa subcutánea durante la primera etapa infantil debería poner en alerta a la familia ya los educadores para prevenir una futura obesidad casi segura.
Por otro lado, es falso que no haya nada que hacer ante un niño-a obeso. Una dieta equilibrada a sus necesidades puede hacer que muchos de los niños-as que presentan una ganancia de peso excesivamente rápida no lleguen a ser obesos. Es bueno recordar que una dieta sana consiste en comer poco de todo y demasiado de nada. En buena medida, el ambiente familiar y las pautas alimentarias familiares son determinantes de las futuras conductas alimentarias de los niños-as y futuros adultos. Casi todas esas conductas se aprenden dentro del núcleo familiar durante la infancia y luego se siguen observando de por vida. La actitud ante los alimentos y el modo de alimentarse son uno de los aprendizajes más automatizados y sólidamente enraizados en el individuo y que tienen sus orígenes en los hábitos observados en el interior del grupo familiar.
ü Avitaminosis: Es el conjunto de de fenómenos patológicos causados por la insuficiencia de aporte o asimilación de vitaminas. O bien la dieta es escasa, o se centra en la ingesta de muy pocos tipos de alimentos.
ü Ingestión de bebidas carbónicas: La ingestión de bebidas carbónicas produce exceso de gases, sensación de saciedad, y, por tanto, inapetencia, así como una cierta dependencia a su consumo sin que el organismo tenga necesidad de líquidos. No es recomendable incluir este tipo de bebidas en las dietas de la infancia. Los refrescos azucarados con base de cola, nunca podrán aportar tanto valor nutricional como los zumos naturales de frutas que contienen sales minerales y vitaminas.
ü Exceso de consumo de productos de bollería industrial, dulces, chucherías, rebozados y fritos: Debido a la gran cantidad de conservantes e ingredientes que tienen, pueden producir altos índices de colesterol, caries y provocar obesidad y carencias nutricionales. El abuso de alimentos azucarados, contrariamente a lo que en ocasiones se ha pensado, no favorecen el crecimiento. Y, sin embargo,
está absolutamente comprobado que ayudan a la aparición de caries dentarias, pueden favorecer la obesidad e interfieren con el correcto metabolismo del calcio. El exceso de grasas y los condimentos fuertes (mostaza de las hamburguesas, salsas de tomate picantes) son otros de los errores de la moda alimentaria importada.
Por el contrario, la dieta mediterránea rica en fibra (legumbres), grasas vegetales (oliva), vitaminas y sales minerales (frutas y verduras) es la mejor alternativa frente a tan graves equivocaciones.
ü Falta de ingestión de líquidos: El organismo necesita una gran cantidad de agua, cuyos aportes y pérdidas deben estar equilibradas. Cuando existe desequilibrio por déficit, se produce la deshidratación, que reviste gravedad en cualquier persona, pero especialmente en niños pequeños.
En este caso es muy importante tanto la aportación de líquidos, como controlar la compensación en caso de diarreas, vómitos, acaloramientos o déficits de tipo renal.
5. TRASTORNOS INFANTILES EN LA ALIMENTACIÓN, SU ABORDAJE.
Como adultos solemos preocuparnos bastante cuando un niño presenta algún problema con la comida, pues una adecuada alimentación durante la infancia, repercute en el desarrollo, y es responsabilidad de las personas adultas que rodean al pequeño-a.
Existen diferentes trastornos, desde el rechazo a la comida, la gula o enfermedades relacionadas con la dieta. En todas estas situaciones conviene estar bien informado sobre la causa del problema para así, poder afrontarlo y tratarlo.
Vamos a analizar en este sentido, los trastornos de alimentación más frecuentes que pueden plantearse en niños-as de 0 a 6 años, los trastornos alimentarios y algunas enfermedades crónicas o temporales que pueden afectar a su dieta.
5.1.- TRASTORNOS “MENORES” MÁS FRECUENTES.
Hablamos de trastornos “menores” porque los comparamos con otras alteraciones más graves, pero son problemas que para muchas familias suponen una verdadera pesadilla, pues se ven desbordados por las conductas de los niños-as. Estamos hablando de dos casos: Cuando el niño no tiene hambre, y cuando, por el contrario, el niño nunca tiene suficiente:
A) Cuando el niño no tiene hambre:
Al igual que los adultos, los niños-as pueden sentirse inapetentes, por diversos motivos: cansancio, enfermedad, celos, no les gusta, por comer a deshoras, chucherías, comer sólo lo que le gusta…etc. Esto provoca conductas como cerrar la boca y rechazar la comida, hacer bolas con ella y no tragar, vomitar…etc.
Para afrontar estas conductas es importante que el niño no se sienta forzado a comer, debemos detectar cual es la causa de la falta de apetito y actuar en consecuencia, y tener en cuenta que cada niño-a tiene unas características propias y no todos comen igual, ni en el mismo tiempo.
B) Cuando el niño nunca tiene suficiente:
También supone un problema cuando el apetito del niño-a es exagerado. Debemos controlar la cantidad y el tipo de alimentos que el niño consume para prevenir problemas de obesidad y otros derivados de éstos.
Como pautas de intervención podemos destacar:
- Dar una alimentación rica en frutas y verduras, eliminando o reduciendo los alimentos más calóricos.
- Mantener horarios fijos, comer poco y a menudo.
- Actividad física y deportiva.
- No obsesionarse con el peso.
- No utilizar la comida como recurso para calmarlos.
5.2.- TRASTORNOS ALIMENTARIOS: ALERGIAS E INTOLERANCIAS.
A) Las alergias:
Las alergias a ciertos alimentos han aumentado en los últimos años. Los alimentos que producen más alergias son las proteínas de la leche de vaca, la soja, los huevos, el pescado, frutos secos, marisco, trigo, fresas, tomates y chocolates.
La forma de proceder en estos casos es eliminar del menú los alimentos alergénicos, ofreciendo alternativas sin que el niño-a se sienta diferente o discriminado. Normalmente los pequeños vienen concienciados de casa acerca de aquello que pueden o no pueden tomar, pero en la escuela se debe reforzar esa concienciación, tanto en el niño alérgico como en los compañeros.
B) Las intolerancias:
Por otra parte las intolerancias (no pueden digerir ciertas sustancias) más comunes son a la lactosa (el azúcar que se encuentra en la leche) y al gluten (enfermedad celiaca). En el caso de la intolerancia a la lactosa, el pediatra será el que determine la dieta, que probablemente sea a base de leches vegetales o leches maternizadas bajas en soja.
En el caso del niño-a celiaco, la mucosa del intestino no permite al aparato digestivo una adecuada absorción de los nutrientes, esto se produce cuando el niño-a tiene una intolerancia al gluten que es una proteína que se halla en los cereales (excepto en el arroz y en el maíz) y daña el sistema digestivo. En este caso, las familias deben proporcionar a la escuela alimentos que el niño pueda tomar, tanto en la merienda, como en situaciones especiales (cumpleaños, fiestas, salidas…), aunque siempre se intentará que no se sientan diferentes.
5.3.- ENFERMEDADES QUE AFECTAN A LA DIETA.
Encontramos enfermedades crónicas y enfermedades temporales que requieren tratamientos muy diferentes.
A) Enfermedades crónicas:
Entre estas enfermedades destacamos la diabetes, que hace necesaria que la nutrición de los niños diabéticos sea especialmente saludable, para evitar que los niveles de azúcar se alteren. Si tenemos algún niño diabético en clase, es conveniente que en estas edades, sean los padres o adulto cercano los que suministren la medicación necesaria. Por nuestra parte, podemos reducir el consumo de dulces y golosinas en el aula y tendremos siempre a la vista los teléfonos de contacto de las familias y del centro de salud.
B) Enfermedades temporales:
También podemos encontrarnos en el aula con trastornos alimenticios provocados por enfermedades transitorias del aparato digestivo, estas son las diarreas, los vómitos o nauseas y el estreñimiento. Una vez más, serán los padres los que tomen las medidas oportunas.
5.4.- ALTERACIONES EN LA CONDUCTA ALIMENTARIA.
En nuestra época son cada vez más preocupantes los trastornos del comportamiento alimentario. Los más conocidos son la bulimia (Voracidad y apetito exaltado) y la anorexia (el hecho de negarse a comer). Aunque sus manifestaciones suelen darse en edades adolescentes, no podemos obviar que la base de una alimentación saludable, los hábitos y conductas se forman en la etapa infantil, y es desde ella donde hemos de prevenir para no llegar a comportamientos tan graves y cada vez más frecuentes. Así desde la familia y desde la escuela se ha de educar en valores, favorecer el gusto por una alimentación sana, promover el ejercicio físico y fomentar la autoestima y la capacidad crítica, de forma que sean capaces de elegir autónomamente y con criterio una vida y una alimentación saludable para el cuerpo y la mente.
6. LAS HORAS DE COMER: MOMENTOS EDUCATIVOS.
Una de las rutinas fundamentales en la escuela infantil, la constituyen las horas de comer, por la importancia que tienen en el proceso de autonomía y desarrollo personal y social de los más pequeños, por ello es necesario concederles todo el valor y la atención que merecen potenciando su valor educativo.
La escuela es responsable de la educación de la alimentación del niño-a durante el horario escolar.
Hay 4 momentos posibles de comida en el centro. Éstos son:
- Desayuno: Si el centro dispone de aula matinal, de ello se hacen cargo los educadores.
- Media mañana: La conocida “merienda”, en clase, antes de ir al recreo.
- Comida: Si el centro dispone de comedor. Los encargados son educadores o monitores infantiles.
- Media tarde: Si el centro tiene horario partido.
El tratamiento educativo del momento de la comida hemos de graduarlo en función de las necesidades y posibilidades de las diferentes edades de los niños-as. Así, en un primer momento, de 0 a1 año mediante la comida se satisface una necesidad biológica y se establece un vínculo con el adulto.
Nosotros, desde el punto de vista educativo vamos a centrar este epígrafe en la hora de la “merienda” que es el momento que podemos y debemos aprovechar para formar hábitos y conductas adecuadas hacia una alimentación sana y equilibrada.
6.1.- EL TRATAMIENTO EDUCATIVO DE LA COMIDA E EDUCACIÓN INFANTIL: “LA MERIENDA”.
ü De 1 a 3 años: Trabajaremos hábitos, destrezas, aprendizajes y normas en torno al momento de la comida.
ü De 3 a 4 años: Daremos un tratamiento educativo al momento de la comida favoreciendo y procurando que sea un momento de relación e intercomunicación entre los niños-as y con los adultos.
ü De 4 a 6 años: El momento de la comida ha de ser un acto de convivencia que estimule e invite a las relaciones sociales y afectivas.
Para conseguir todo esto, desde la escuela y en relación con las familias, vamos a considerar una serie de aspectos, organizándolos y plasmándolos en la programación de objetivos y contenidos, que den un tratamiento intencional al momento de la merienda. En este momento, podemos atender a 4 aspectos:
- Dominio corporal:
§ Control postural (Postura adecuada a la hora de comer)
§ Habilidades motrices (Autonomía, llenar vasos de agua, coordinación óculo-manual…)
§ Formas de alimentarse (Succionar, masticar, tragar, morder…)
§ Desarrollo de los sentidos (Reconocimiento de los alimentos…)
- Desarrollo de hábitos:
§ La colaboración (Hábitos de ayuda y colaboración)
§ La comida como acto social (buenas formas: por favor, gracias; comunicación…)
§ Limpieza (Respetar turnos, elaboración de normas de convivencia…)
- Autonomía:
§ Seguridad y autoestima (decisiones acerca de la cantidad y gustos, generar confianza…)
§ Resolución de problemas (Superación de problemas)
§ Lenguaje (Establecer pactos, negociar, ampliación del vocabulario…)
- Espacios, materiales y tiempos:
§ Materiales: Utilización de utensilios: Platos, vasos, cuchara, tenedor, cuchillo (para untar)…
§ Espacios: Identificación del espacio, buen uso, recogida y limpieza…
§ Tiempos: Respetar horarios y ritmos, iniciación en hábitos sociales (esperar para comer, no levantarse de la mesa…)
Todos estos aspectos que trabajaremos durante el momento de la merienda hemos de tratarlos con el máximo respeto y una atención individualizada, de forma que la comida sea un momento agradable y nunca angustioso, sin obligar ni forzar a comer, entendiendo las situaciones, intentando identificar las causas de la falta de apetito, manteniendo una actitud flexible pero firme, desde un planteamiento de afecto que permita hacer pactos y negociar con los niños.
Además, daremos ejemplos en las normas a seguir en la merienda, siendo conscientes de que somos un modelo de referencia para ellos, lanzaremos mensajes positivos hacia el acto de comer y hacia los alimentos más saludables.
Ante los conflictos que se planteen por las preferencias, procuraremos que prueben todos los alimentos, aunque sea una cantidad mínima, ya que el paladar también se educa.
Ante la diversidad cultural presente en nuestras escuelas en la actualidad, respetaremos las distintas peculiaridades alimenticias por motivos culturales.
Y todo ello sin implicarnos emocionalmente, manteniendo una actitud relajada con el niño-a y evitando situaciones contradictorias.
Todo lo expuesto hasta ahora se trabajaría diariamente durante el tiempo de la merienda, pero existen también otras experiencias relacionadas con la comida.
6.2.- OTRAS EXPERIENCIAS RELACIONADAS CON LA COMIDA.
Alrededor de la comida se pueden plantear una serie de actividades paralelas, que tengan como motivación este eje de trabajo, por ejemplo los talleres de cocina, actividades de lectoescritura, actividades plásticas y actividades lógico-matemáticas.
A) Taller de cocina:
Además del aprendizaje de una técnica y de las múltiples habilidades y destrezas que se trabajan en los talleres (manipular, investigar, observar, resolver problemas…), en el taller de cocina los niños-as disfrutan y participan con actividades que les acercan a las tareas cotidianas y adquieren hábitos de alimentación, salud e higiene. Entre las actividades que podemos proponer destacamos las relacionadas con:
- Habilidades manuales: Amasar, untar, aplastar, pellizcar…
- Los sentidos: Aliñar ensaladas, hacer zumos, macedonias…
- Desarrollar hábitos de higiene personales y del espacio y materiales.
En función de las edades podríamos: exprimir fruta, reconocer alimentos, preparar ensaladas, hacer bizcochos, usar la manga pastelera, el rodillo, observar cambios físicos por la temperatura (helados)…
Casi todas las actividades han de ser en frio, aunque dependiendo de los recursos de que dispongamos se pueden hornear o calentar ciertos productos.
El trabajo en talleres de cocina pretende además familiarizar a los alumnos-as con los espacios, objetos, alimentos y materiales culinarios.
B) Actividades de lectoescritura:
La comida puede servir de motivación para trabajar el lenguaje, primero oral y después escrito. Todo relacionado con el vocabulario de utensilios y alimentos, a partir de él, realizar actividades de reconocimiento, asociación, expresión, lectura y escritura. Por ejemplo: Narrar las acciones de un libro con fotos que hayamos elaborado a partir de nuestro taller de cocina de forma secuenciada; Reconocer los alimentos y los productos elaborados en las fotos, asociar el nombre de la foto con el alimento, poner el nombre de cada niño-a en los servilleteros.
En niños de 5-6 años también podemos elaborar sencillas recetas y escribir los ingredientes y llevarlas a casa o traerlas al aula.
C) Actividades plásticas:
También partiendo de la comida podemos plantear diversas actividades plásticas como dibujos de alimentos, fabricar útiles para comer (servilleteros, manteles individuales, delantales, decorar platos y vasos para fiestas de cumpleaños…)
D) Actividades lógico-matemáticas.
La cocina nos ofrece opciones muy cercanas a los niños-as para trabajar conceptos lógico-matemáticos referidos a:
- Cantidad: Más-menos, servir 2, 3…, dos cucharadas más, mucho-poco, contar comensales para poner la mesa, lleno-vacío, poner-quitar…
- Conceptos temporales: Secuencia de platos (1º,2º…), antes-después, desayuno-almuerzo-cena…
- Conceptos espaciales: Orden de los cubiertos en la mesa, delante-detrás, izquierda-derecha…
Con todo lo expuesto hasta ahora hemos querido demostrar que al momento de la comida debemos darle un tratamiento educativo intencional, pues a través de él podemos favorecer el desarrollo integral de los alumnos-as.
Para terminar, al igual que ocurre con los demás aspectos de la Ed.Infantil, este trabajo se ha de trabajar conjuntamente con las familias.
6.3.- EL TRABAJO CON LAS FAMILIAS.
A las familias hay que facilitarles regularmente información cobre lo que sus hijos han comido en la escuela. Podemos establecer con los padres un acuerdo para elaborar un menú de meriendas según las necesidades nutricionales más adecuadas a la infancia. Previamente a esto, se puede organizar alguna sesión formativa para las familias a cargo de algún especialista, que informe a los padres y madres de la importancia de educar los hábitos alimenticios desde la infancia.
Asimismo estableceremos cauces para informar e informarnos de los problemas puntuales que puedan surgir.
7. CRITERIOS DE ORGANIZACIÓN DEL COMEDOR INFANTIL.
En el comedor se debería producir el mayor numero de aprendizajes en torno a la instauración de hábitos adaptativos en muchos aspectos: alimentarios, sociales, higiénicos...
El momento del comedor proporciona un horario muy aprovechable para crear hábitos de higiene y salud, así como, para trabajar otros valores, entre ellos, la solidaridad, la cooperación y la tolerancia. Por todo esto es necesario fijar unas actitudes y normas ante la propia persona y en relación con las demás.
- Lavado de manos antes y después de la comida.
- Lavado de dientes después de la comida.
- Alimentación sana y equilibrada.
- Permanencia en la parte del edificio destinada al alumnado del comedor (salón de actos, comedor, sala de usos múltiples, patio)
Los niños deberán estar atendidos del modo más personalizado posible, en un lugar tranquilo, con mobiliario adaptado a su edad: concretamente, sillas seguras, de altura apropiada a la talla de los niños y proporcionada a la mesa que se emplee.
Complementariamente, en los humanos; la alimentación adquiere una importante dimensión social. El comedor escolar ofrece una ocasión magnifica para el aprendizaje de esas conductas y comportamientos a observar en todo acto social. También supone aprender a: compartir con 1os compañeros, servir a otros, pedir ayuda...
Para aprender a comer autónomamente, sería ideal que tal aprendizaje se realizase, en sus momentos más iniciales en el propio aula por ser éste lugar el más familiar y más cercano afectivamente para los más pequeños. Pero razones de higiene y normativas reguladoras nos lo impiden.
Sin perjuicio de ello, nada se opone a realizar juego simbólico con los niños-as, acerca de las actividades alimentarias.
En cualquier caso, los niños deberán estar atendidos del modo más personalizado posible, en un lugar tranquilo, con mobiliario adaptado a su edad: concretamente, sillas seguras, de altura apropiada a la talla de los niños y proporcionada a la mesa que se emplee.
Los niños, en principio, deberían poder agruparse según sus preferencias personales ocupando durante tiempos más o menos determinados los mismos sitios.
Para alcanzar los objetivos educativos, debería haber un adulto para cada diez niños.
La duración de la comida debería ser la precisa para conseguir que esta actividad sea un rato tranquilo, placentero y gratificante.
Los niños dispondrán de juegos de mesa completos, para aprender a utilizarlos correctamente. No se deberá abusar del plástico. Como regla general, lo ideal es que la vajilla sea lo más parecida, si no igual, a la que se emplea por los adultos en la vida ordinaria. Con ello perseguimos que los niños se habitúen a emplear los mismos utensilios que empleamos cotidianamente. Las servilletas y manteles más higiénicos son los de papel.
Se inculcará a los niños la costumbre de comer durante todo el tiempo sentados, hasta terminar el postre.
8. CONCLUSIÓN
9. BIBLIOGRAFÍA.
ü LIRIO, J: “Niños… ¡a comer! Espasa Calpe. Madrid. 2003.
ü GAVINO, A: “Problemas de alimentación en el niño”. Pirámide. Madrid. 1999.
ü GRANDE, F: “Alimentación y nutrición”. Salvat. Barcelona. 1984.
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