1.1.- CONCEPTO Y TIPOS DE HIGIENE:
Según Moll, B., higiene es la rama de la ciencia que tiene por objetivo el estudio de las condiciones que influyen en la salud del ser humano, como ser en relación con los otros y con su hábitat. Incluye todas aquellas medidas que fomentan la salud y previenen la aparición de enfermedades.
Según se refiera a aspectos generales o a condiciones determinadas de la vida de las personas, hablaremos de higiene general o especifica.
A) Higiene general:
Estudia aspectos globales que dependen de la relación del ser humano con su hábitat.
Forman parte de ella:
ü Higiene ambiental: Comprende procedimientos preventivos relacionados con los factores presentes en el medio que influyen sobre la salud: el aire, el clima, el agua, el suelo, el ruido, las condiciones de la vivienda y sus alrededores, etc.
ü Higiene urbana y rural: Relacionada con la anterior, se dedica al estudio de las condiciones especificas (demográficas, económicas, laborales, sociales, psicológicas...) de la vida en el medio urbano o rural.
ü Higiene personal o individual: Comprende el conjunto de medidas que se aplican directamente sobre la persona, susceptibles de aprendizaje, como son el aseo personal, el vestido y el calzado y otros hábitos en general.
ü Higiene alimentaria y de la nutrición: Se ocupa del estudio de las dietas equilibradas para cada persona y circunstancia, así como de la obtención, manipulación, elaboración y conservación de los alimentos.
ü Higiene mental: Se ocupa de favorecer las condiciones óptimas que permitan el pleno desarrollo y la realización personal de cada ser humano en la sociedad, y que faciliten su adaptación al medio.
ü Epidemiologia: Se dedica al estudio de las enfermedades en los grupos humanos, con el fin de establecer causas, transmisión y procedimientos que tienden a conservar, incrementar y restaurar la salud individual y colectiva.
B) Higiene específica:
Es la aplicación de la higiene general a situaciones humanas concretas, mediante la adaptación de los estudios y actividades a condiciones determinadas, como el desarrollo evolutivo de la persona, la actividad que desempeña (higiene escolar, higiene laboral,...), etc.
La higiene infantil comprende el estudio y la planificación de todas las medidas que fomentan y conservan la salud, y previenen las enfermedades en la infancia.
Dentro de la higiene personal o individual infantil trataremos el aseo corporal, la higiene del vestido y del calzado. HIGIENE Y SALUD.
La relación Higiene/Salud podemos observarla recordando que la higiene es la rama de la ciencia que tiene por objeto el estudio de las condiciones que influyen en la salud del ser humano, como ser en relación con los otros y con su hábitat. Incluye todas aquellas medidas que fomentan la salud y previenen la aparición de enfermedades.
La higiene física está relacionada con los órganos y aparatos que forman el cuerpo, y la higiene mental hace referencia a las medidas de carácter educativo o psicoterapéutico destinadas a prevenir la aparición o el desarrollo de trastornos mentales.
La higiene individual enseña a prevenir enfermedades, en particular las contagiosas; se fundamenta en las normas que rigen la limpieza corporal, las condiciones del vestido y de la vivienda y la actividad física y psíquica.
La “Salud” fue definida por la OMS en 1946 como un “estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad o dolencia”.
De acuerdo con estas definiciones, y dentro del concepto de salud, la higiene ocupa, en sentido amplio, el mantenimiento de las condiciones para disfrutar del bienestar físico y psíquico en el ámbito preventivo, ya que supone o comporta una serie de condiciones higiénicas que previenen de las enfermedades. De ello se ocupan determinados campos de la ciencia que incorporan en cada parcela la higiene de los aspectos específicos que contribuyen al estado de higiene general, así como la higiene bucodental, sexual, mental…
Desde el punto de vista personal, cada individuo realiza acciones sobre su persona que mantienen en funcionamiento todos los órganos y aparatos, de manera que se previenen desajustes, desequilibrios y posibles enfermedades, es decir, se ocupa de las prácticas higiénicas.
Por tanto, desde la infancia, es aconsejable tanto su práctica como el fomento de aquellos hábitos higiénicos que dotarán al niño de autonomía suficiente para ir asumiendo el cuidado de su persona en la medida de sus posibilidades. Es primero, a través de los cuidados de aseo, limpieza y prácticas higiénicas que el adulto le aplica y, después, mediante el aprendizaje de hábitos, como la higiene individual pasa a ser realizada por cada persona.
EVOLUCIÓN DE LAS NECESIDADES DE HIGIENE:
La higiene es el conjunto de cuidados que necesita el cuerpo para aumentar su vitalidad y mantenerse en estado saludable.
La higiene personal, no ha de considerarse como algo aislado en el proceso de crecimiento de los niños, por el contrario, ha de integrarse en un trabajo global que dé respuesta al crecimiento de la autonomía de estos.
Durante mucho tiempo, los niños van a necesitar que el adulto haga casi todo por ellos en este aspecto: cambiarles el pañal, bañarlos, lavarlos y cuidar de su aspecto personal. En la Escuela Infantil, proveer a los más pequeños de los cuidados necesarios que les garanticen la máxima sensación de bienestar, debería ser uno de los principales objetivos.
Pero cuando tratamos el tema de la higiene en educación infantil, no sólo vamos a trabajar con los niños el aseo personal, sino también la limpieza y el orden en los espacios.
Además, hemos de ser conscientes que no solo supone una cuestión de bienestar físico, sino también supone satisfacción emocional y afectiva para los niños, ya que los momentos del cambio, del aseo y del lavado son situaciones privilegiadas para la relación y la comunicaci6n entre los adultos y el niño.
Dentro del ámbito de la higiene, cabe destacar los momentos del cambio de pañales, el aseo corporal y el control de esfínteres.
A. IMPORTANCIA DE EL CAMBIO DE PAÑALES.
Como ya hemos venido señalando las situaciones de cuidado personal e higiene, además de satisfacer la necesidad de estar limpios y secos proporciona gran número de sensaciones y aprendizajes. El cambio de pañal es una de ellas y proporciona at niño:
ü Un estrecho contacto personal entre él y el adulto
ü Un momento de experimentación, discriminación y asociación de sensaciones diferentes: Táctiles (contacto con el agua, la esponja, el jabón, la textura del pañal), auditivas (el ruido del agua del grifo, la voz del educador), visuales (encontrarse con la mirada del adulto, la cara del educador, y todos los tiles que se usan como esponja, jabón…etc.) y olfativas (el olor de la crema…etc.)
La Escuela Infantil, por lo tanto, debe contar para esto con instalaciones y recursos tanto humanos corno materiales adecuados para desarrollar esta actividad educativa lo más satisfactoriamente posible.
B. EL MOMENTO DE CONTROLAR ESFÍNTERES.
El control de esfínteres también tiene una profunda implicación emocional para los niños y para los adultos que le rodean.
Generalmente hacia los dos años, 1os músculos implicados en el control de esfínteres están preparados para iniciar voluntariamente la regulación de los mismos. Pero esto solo no es suficiente, hacen falta también otras condiciones relacionadas con la evolución general y con el significado afectivo que se dé a este proceso. A esta edad, el niño ya puede andar solo, los sentimientos de seguridad son mayores, los deseos de autonomía (hacerse mayor) aumentan, pero todavía son muy dependientes de los adultos.
En este difícil proceso, el educador debe observar y reconocer la preparación de cada niño para adquirir el control de esfínteres y abordarlo con una actitud tranquila y flexible, con el fin de obtener por parte del niño mayor colaboración.
El control de esfínteres, ha de enmarcarse dentro de un proceso de maduración global para cada niño y en el que intervienen una serie de factores madurativos. Un niño que es capaz de saber si está seco o mojado su pañal, dispone de un nivel madurativo propicio para empezar a usar el orinal, por lo tanto ya cuenta con un nivel de maduración adecuado para iniciar esta actividad.
Entre los factores que merece la pena resaltar se encuentran:
- Factores madurativos de índole fisiológico y motriz
- El nivel de maduración cognitiva, ya que se trata de plantear este proceso como algo agradable, voluntario y progresivo, en el que el niño participe activamente. Cada niño, tiene que ser capaz, de representar mentalmente lo que supone controlar este aspecto y para ello, se requiere que cuente con un grado adecuado de su desarrollo en cuanto al pensamiento simbólico.
- La maduración afectiva y emocional tampoco puede olvidarse, aunque es difícil de saber cuándo es el momento de plantear el control de esfínteres desde este punto de vista. Pero como criterio general, tendremos en cuenta que no parece adecuado plantear este proceso en momentos como: el periodo de adaptación, nacimiento de un hermano…etc.
C. EL ASEO COTIDIANO.
Como ya hemos señalado, en los primeros años el niño depende del adulto para satisfacer esta necesidad, pero a medida que va pasando el tiempo el niño empieza a colaborar y a conquistar cuotas de autonomía en este campo.
Al finalizar el primer año de vida, muchos niños participan activamente cuando el adulto les lava (pueden alargar la mano, intentar coger el jabón, adoptar una postura adecuada etc.)
Antes de cumplir el segundo año van a querer aprender a lavarse las manos y la cara solos y además lo intentarán porque los niños en esta edad disfrutan del placer que les produce el agua.
Entre el segundo y el tercer año de vida, que además como hemos dicho coincide con el proceso de control de esfínteres, los niños tienen necesidad de manipular diferentes elementos como arena, tierra, agua y por consiguiente "necesitan mancharse mas", por lo cual, este es buen momento para animarles y avanzar en los hábitos de lavarse las manos o la cara al terminar una tarea, antes y después de la comida o después de ir al baño .También esta edad es adecuada para iniciar el proceso de limpieza de la nariz.
Cuando llegan a los tres años, pueden lavarse solos la cara y las manos, pueden abrir y cerrar el grifo, enjabonarse, aclararse y secarse, pero aun descuidan la limpieza de la nariz, habito que hay que seguir trabajando. Este proceso de la adquisición de hábitos de higiene y limpieza debe hacerse conjuntamente entre el centro y la familia.
El proceso de adquisición de hábitos de higiene y limpieza se prologa durante los siguientes años de la etapa infantil. A lo largo del tiempo, se van afianzando y completando estos procesos hasta que los niños consiguen un alto grado de autonomía al finalizar la etapa.
IMPORTANCIA DE LAS RUTINAS DIARIAS
La rutina es una conducta aprendida, flexible y que se repite de modo cotidiano (se adapta a las circunstancias). Hay momentos más o menos propicios para la adquisición de hábitos, siendo la infancia un periodo de aprendizaje de este tipo de conductas por excelencia.
Las rutinas son un conjunto de actividades que el niño realiza a diario, que se repiten regularmente y que contribuyen a la satisfacción de sus necesidades básicas. Las rutinas pueden y deben estar llenas de significado educativo, no ser muchas y tener una clara distanciación espacial y temporal. Se convierten en importantes ámbitos de aprendizaje para los niños ya que les proporcionan:
ü Contextos de acción y relación
ü Satisfacción de sus necesidades
ü Aportan seguridad
ü Favorecen la autonomía
ü Suponen las primeras nociones espacio- temporales
Las rutinas están por tanto, llenas de significado educativo, por lo que se van modificando en función de las necesidades de los niños y de los aprendizajes adquiridos.
Veamos a continuación cómo, desde la escuela infantil, se puede favorecer la adquisición de hábitos y rutinas que darán a lo más pequeños confianza y seguridad en su avance hacia la conquista progresiva de su autonomía.
Higiene:
En la escuela, el niño debe ir interiorizando los aspectos que comportan su higiene personal y la del medio en el que vive, con dos finalidades importantes:
- Mejorar la salud y el bienestar individual y colectivo.
- Prevenir enfermedades.
La higiene abarca una serie de hábitos y actitudes que tienen que ver con:
ü La autonomía: cuidado del propio cuerpo (Lavado de manos y cara, limpieza de la nariz, cepillado de dientes, uso adecuado de utensilios destinados a la higiene, cuidar la imagen personal…etc.)
ü La convivencia: Interiorizar la secuencia de la actividad de la higiene cotidiana, asumir las normas de higiene durante la comida, cuidar y mantener limpio y ordenado el espacio, limpiar y ordenar los materiales comunes, interiorizar normas en el uso del lavabo y aseo común, utilizar papeleras…etc.
ü El control de esfínteres: Es un aspecto de la higiene importante a trabajar en Ed. Infantil. Para ello será necesario:
- Observar al niño-a en los aspectos de maduración biológica y situación familiar, antes de decidir empezar con el control.
- Coordinar pautas de actuación con la familia.
- Controlar el nivel de retención natural del niño-a con registros, para que el proceso sea individualizado.
- Crear un ambiente relajado y respetar los ritmos de adquisición del hábito de cada niño-a.
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